VINO TU BOCA A ENCARNARSE


Y tu brillante Narcisismo nos salvó de un final tempestuoso, irresistible, roto del todo. Sobre nuestras costillas reposan ahora las medallas al valor que nos concedimos a corazón partido.

 Y ni los besos ni el incendio que asolaron nuestra inicial resistencia en mi coche pueden ya olvidarse. 

Transfundidos estamos...

¿Fundidos?


Mi nombre es MUCHO*

Comentarios

Entradas populares