COSMOS 21. LA VIDA DE LAS ESTRELLAS.


Compre semillas de zanahoria y me puse a sembrar con el afán del labrador que he sido siempre. Las regué, moví la tierra y al paso de unos días, salieron las primeras hojas. Estaba contento con la cosecha que parecía tendría. Pasadas un par de semanas comenzaron a asomar unos frutos que no conocía. Me extrañó, pero esperé y una mañana cuando fui a ver mis plantas, me quedé helado. Había crecido una especie de cráneos con ojos, que me miraban de una manera aterradora. Llamé a un especialista en cultivos alucinógenos y me dijo que me estaban creciendo enanos hasta debajo de la cama.


Ranchito.

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