AUSENCIA. LA MAS PESADA Y TRISTE DE TODAS LAS HORAS DE MI SANGRE
Sin vos
no existe la complicidad de la conversación
que mantenemos durante la mañana.
Los ojos quedan perdidos en la mirada.
Sin vos el departamento se fria.
Ahora queda aca la mujer
que has dejado abandonada
y de voz totalmente encariñado.
Ranchito.
Aca estoy de vuelta de los sueños.
Pero ya es hora de dirigirse a ustedes, hombres
envejecidos en polvo y caminos.
Consideren mi problema: ¡este abandono!
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