ESOS GRANDES PAJAROS QUE REIVINDICAN UN TAN LARGO VIAJE (Que me enseñan ese virtuosismo de vuelo)

El mundo, en este instante, no es más que el hálito de un pensamiento.
Señor, estoy temblando.
El Espíritu, el sol, los astros y toda luz conocida tiemblan también.
Señor, que tiemblan en este conocimiento supremo:
¡Oh Amor!
Amor ausente.

Ranchito.

Los ángeles esperan, afuera.
Los ángeles, a merced del viento, en la escarcha, como blancos párpados ansiosos, Baten alas,
Queman el sueño en la casa de la negrura.
Y las luces del cielo, las luces de la arena y el mar, vibran juntas en la espera.




Tengo que sufrir, créanme, muchas palabras 

y numerosos climas,

Los múltiples alientos del alma desesperada.

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